Buscar este blog

viernes, 17 de julio de 2015

VISITA A BERGEN

La información del barco nos decía que a eso de las 6:00 saldríamos del Canal Storebelt y entraríamos en el Mar Kattegat (entre Suecia y Juttland, península danesa) y que estaríamos a 15 millas náuticas de la costa... pues vale.
Después de un día de navegación casi todo el tiempo por el mar del Norte, bastante aburrido por cierto, en el que no ves mas que agua y el airecillo que corre no es cálido precisamente llegas a las 11 de la mañana a Bergen habiendo recorrido 615 milla náuticas.



En esta ocasión no escogimos ninguna excursión, y parece ser que acertamos al menos no escogiendo la que duraba 2,30 horas, ya que según nos dijeron no merecía la pena... 55,90 euros. Había otras excursiones panorámicas en bus pero...






Bergen es una ciudad fundada en 1070, siendo hasta principios del SXIX  una de las mas grandes del país ya que se trata de un puerto comercial y naval de relevancia. Se puede tomar el funicular Floibanen  y subir al monte Floyen desde donde se divisa toda la ciudad y alrededores, pero hay que andar listo ya que habitualmente hay unas colas importantes.




En esta ocasión nosotros nos fuimos por libre ya que la ciudad está a 5 minutos del punto de desembarco. En el camino pudimos ver las casas típicas del puerto, entre las cuales existen pequeñas callejuelas que están salpicadas de negocios de souvenirs, restaurantes, etc. y empezamos con las sorpresas, los precios... muy altos, vamos, que está todo... caro no, lo siguiente.





Curiosa cimentacion de casa Noruega, hablaremos de ello.






La idea era conocer el Mercado del Pescado (Fisketorget).



Nada mas acceder al mercado nos sorprendió que en casi todos los puestos de venta de productos del mar hubiera alguien que hablaba español. Encontramos de diferentes nacionalidades, y por supuesto españoles.



Empezamos degustando salchichón... de reno, de alce y de ballena. Bueno, tampoco es que te dieran una buena raja para probar, pero lo suficiente para hacerte una ligerísima idea..., en principio la idea era poder comprar, a pesar del precio, alguno de esos productos... esa era la idea, que después cambiamos.












Después de caminar y degustar en algunos sitios y comprobar que aun siendo el mismo producto el sabor es distinto, cosa lógica, me puse a sacar una foto al famoso Cangrejo Real, una especie que he visto muchas veces en los documentales del canal Odisea, un bicho bastante feo pero ... que tiene un sabor excelente y un precio igual... de alto, y en ese mismo puesto había un español, catalán para mas señas, que entabló conversación con nosotros y echó por tierra la fama de tacaños de los catalanes, nos proporcionó degustación de todos los productos, tanto cárnicos como de frutos del mar y sus "muestras" fueron más generosas que las de puestos anteriores...




Pude degustar "caviares" de diferentes tipos de pescado, y por fin probé el auténtico caviar (en esta ocasión la muestra no fue tan generosa, cosa lógica por otra parte), pero tomamos el sucedáneo bueno del caviar y nos dijo como distinguirlo del auténtico, al parecer este sucedáneo que a veces se vende como bueno tiene el color negro ya que se le añade la tinta de calamar y mancha la cucharita, el bueno queda totalmente limpia.




Probamos el caviar de salmón salvaje y del salmón de piscifactoría... nada que ver uno con el otro, mucho más rico el salvaje, con un sabor mas intenso (como en todo, los gustos son diferentes en cada persona, yo expongo los míos), caviar de trucha,... etc. Nos enseñó a distinguir el salmón salvaje del de piscifactoría, por cierto, que no os engañen, el salmón salvaje no se exporta.



Probamos distintos marinados, tanto de salmón salvaje como del otro, y nos dio precios..., el kilo de salmón salvaje estaba a 90 euros si comprabas solamente un kilo, si comprabas media pieza, unos tres kilos, el precio se rebajaba a 80 euros. Eso si, te lo envasaban y te lo ponían listo para llevar sin ningún problema... aguanta de 7 a 10 días.



Decidimos, en agradecimiento a su atención comer en el restaurante del punto de venta, Restaurante y tienda Fjellskal (unas mesas corridas). Ya desde España teníamos claro lo que íbamos a comer... bacalao, salmón y ballena.







El plato de mi esposa fue de salmón salvaje y bacalao y el mío de ballena, ambos con ensalada. El tipo de ballena que se comercializa es de una especie no protegida y más pequeñita que la que habitualmente conocemos (me informé bien antes de pedirla).


2 comentarios:

Genín dijo...

Pues yo no me como la ballena esa ni regalada... :(
Eso si, la entrada es preciosa, felicidades :)
Salud

Isabel Soriano dijo...

Menudo viajecito os habéis dado. Ahora mismo estamos hablando en casa de vosotros, nos acordamos de cuando vinisteis aquí...por cierto, dice Miguel que tenéis la casa disponible para cuando queráis volver, pero si no quieres pasar calor mejor que no sea este mes....jajajajaja.
Besos