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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Aloe Vera... y ...


Yo doy ideas...

Todos sabemos de las bondades de una planta muy conocida, el Aloe Vera (Sábila en algunos países), o si no lo sabemos al menos hemos oído decir que es muy buena y que se hacen productos de belleza con ella...

Bien, como me gusta saber cosas, máxime si el producto está al alcance de mi mano, me interesé por esta planta no ya como producto de belleza, que también, sino por sus propiedades terapéuticas...y resulta que tiene un montón.

Según se puede leer en algunas páginas de internet el ALOE VERA es la panacea para las enfermedades..., a mi no me gusta crear falsas espectatívas y mucho menos jugar con el ánimo de los enfermos. Yo estoy empezando a tomarla hace apenas una semana y por tanto no puedo aportar mucho, pero de momento no me he encontrado peor de lo que estaba.

Hoja de Aloe Vera o Sabila
Sabía que para la piel es muy beneficiosa, para quemaduras sobre todo, eso lo pude comprobar en mi piel.El pasado verano después de los primeros días de playa en los que a pesar de los protectores el cuerpo se pone un poco color rojito me untaba aloe que tenía en el congelador, en la cubitera, y he de decir que el alivio y beneficio para la piel era patente. Para la belleza... hidrata y deja la piel suave..., pero nunca la había comido...

Hace unos días comencé a comerla, pensando en remedios naturales para mi hermano que anda con problemas estomacales y demás he tratado de informarme lo más posible y en teoría sus propiedades son casi "mágicas", ya veremos.

Corte de la hoja de Aloe Vera 
Como su uso no se limita solamente a quien está enfermo sino que por sus propiedades antiinflamatorias, por ejemplo, digestivas y demás, a los que tenemos cierta edad nos puede beneficiar en alguno de nuestros achaques... pues he comenzado a consumirla.

He de decir que para las personas un poco escrupulosas el consumirlas tal cual os voy a decir puede resultar desagradable... pero bueno, a todo se acostumbra uno. Estoy maquinando "filete de aloe rebozado"..., seguro que algún plato preparo con ella.

Por otra parte la "cáscara" de la hoja viene muy bien para aplicarse en manos, párpados y cuerpo en general, añadiendo frescor y relajación.

Trozo de hoja pelado, parte comestible
Mis primeros pasos como consumidor de Aloe han sido comiendo el interior de la hoja. Se pela, se lava ya que tiene una sustancia, Aloína, que amarga un poco, y se consume tal cual. Al principio, y dado que nuestro organismo no está acostumbrado, es mejor comer pequeñas cantidades. 

A algunas personas puede producirles diarrea, pero reduciendo su consumo o dejándolo por unos días el problema se termina, todo es cuestión de acostumbrarse.

Podría hacer una lista enorme de todas las propiedades que se dice que tiene pero prefiero que lo leáis vosotr@s. Lo que si es cierto es que, tal y como os lo he dicho, no tendréis problemas de conservantes ni otro tipo de añadidos que llevan las cremas, champús y demás productos que se elaboran con esta planta.

domingo, 23 de diciembre de 2012

¿Mula y buey? ¿Reyes andaluces?... no he leído eso...


A raíz de la polémica surgida  por el libro del Papa actual, Benedicto XVI,  con relación a los textos que han aparecido prensa sobre la mula y el buey así como la polémica de los Reyes Magos que se sitúa en España y mas concretamente en Andalucia, y en base a conocimientos transmitidos por un habitante de Jerusalén, un guía judío muy versado en conocimientos tanto del Talmud como de la Biblia y la religión musulmana voy a pasar a comentaros algunas de sus apreciaciones.

Nos comentaba ese guía, de nombre Gustavo, que es tiempos de Jesús, cuando la gente quería desplazarse de una ciudad a otra para realizar gestiones para la administración romana, y en este caso que nos ocupa para el empadronamiento de María y José, era habitual que la gente marchase de sus lugares de origen con todas sus pertenencias ya que se trataba de desplazamientos que duraban meses.

Con este dato podemos pensar que posiblemente cuando María y José se pusieron en camino se llevasen todas sus pertenencias y ¿por qué no pensar que disponían de una carreta tirada por un buen y que María se desplazaba en esa carreta?.

La primera representación que vi de la Virgen María embarazada....


 Se me ocurre pensar así mismo que una vez llegados a Belén y dado que no encontraron posaba y tuvieron que irse a una cueva los últimos metros de acceso a esa cueva bien pudiera ser que María, y dado avanzado estado de gestación lo hiciese montada en una borriquilla o mula y, lógicamente los animales podrían estar cerca de sus amos en el interior de la cueva.

Lógicamente esto son especulaciones y pensamientos que se le pueden ocurrir a cualquiera y ¿porque no pudo ser así? al fin y al cabo ninguno de los que estáis leyendo esto se encontraba allí en aquellos tiempos .

 Otro tanto ocurre con la procedencia de los Magos que casi viene a ser una figura que adorna el tema de la Navidad, en ningún momento se dice, como podéis leer en el texto que os adjunto, que los Reyes fuesen de España, ni andaluces, se habla de Tartesos en España sino que se abre un abanico de posibilidades de dónde pudieron proceder estos Magos, situando uno de sus extremos en el extremo occidente.

Ahí os dejo lo que en el libro LA INFANCIA DE JESÚS escribe al respecto Benedicto XVI:

San Agustín ha interpretado el significado del pesebre con un razonamiento que en un primer momento parece casi impertinente, pero que, examinado con más atención, contiene en cambio una profunda verdad. El pesebre es donde los animales encuentran su alimento. Sin embargo, ahora yace en el pesebre quien se ha indicado a sí mismo como el verdadero pan bajado del cielo, como el verdadero alimento que el hombre necesita para ser persona humana. Es el alimento que da al hombre la vida verdadera, la vida eterna. El pesebre se convierte de este modo en una referencia a la mesa de Dios, a la que el hombre está invitado para recibir el pan de Dios. En la pobreza del nacimiento de Jesús se perfila la gran realidad en la que se cumple de manera misteriosa la redención de los hombres. Como se ha dicho, el pesebre hace pensar en los animales, pues es allí donde comen. En el Evangelio no se habla en este caso de animales. Pero la meditación guiada por la fe, leyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento relacionados entre sí, ha colmado muy pronto

Isaías 1,3: «El buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no comprende.»

Peter Stuhlmacher hace notar que probablemente también tuvo un cierto influjo la versión griega de Habacuc 3,2: «En medio de dos seres vivientes... serás conocido; cuando haya llegado el tiempo aparecerás» (p. 52). Con los dos seres vivientes se da a entender claramente a los dos querubines sobre la cubierta del Arca de la Alianza que, según el Éxodo 25,18-20, indican y esconden a la vez la misteriosa presencia de Dios. Así, el pesebre sería de algún modo el Arca de la Alianza, en la que Dios, misteriosamente custodiado, está entre los hombres, y ante la cual ha llegado la hora del conocimiento de Dios para «el buey y el asno», para la humanidad compuesta por judíos y gentiles.

En la singular conexión entre Isaías 1,3, Habacuc 3,2, Éxodo 25,18-20 y el pesebre, aparecen por tanto los dos animales como una representación de la humanidad, de por sí desprovista de entendimiento, pero que ante el Niño, ante la humilde aparición de Dios en el establo, llega al conocimiento y, en la pobreza de este nacimiento, recibe la Epifanía, que ahora enseña a todos a ver. La iconografía cristiana ha captado ya muy pronto este motivo. Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno.
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Así como la tradición de la Iglesia ha leído con toda naturalidad el relato de la Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3, y de este modo llegaron al pesebre el buey y el asno, así también ha leído la historia de los Magos a la luz del Salmo 72,10 e Isaías 60. Y, de esta manera, los hombres sabios de Oriente se han convertido en reyes, y con ellos han entrado en la gruta los camellos y los dromedarios. La promesa contenida en estos textos extiende la proveniencia de estos hombres hasta el extremo Occidente (Tarsis-Tartesos en España), pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa. El rey de color aparece siempre: en el reino de Jesucristo no hay distinción por la raza o el origen. En él y por él, la humanidad está unida sin perder la riqueza de la variedad. Más tarde se ha relacionado a los tres reyes con las tres edades de la vida del hombre: la juventud, la edad madura y la vejez.

Pasaje de: XVI, Benedicto. La infancia de Jesús. iBooks.
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