Buscar este blog

jueves, 20 de septiembre de 2012

Capa Española... a buen entendedor...

Seguimos con la aventura...

Mi mujer me recordó que un familiar suyo se había hecho una capa en los años que vivió en Salamanca...., pues nada, a dar la lata a ese familiar para que nos dejase la capa y sacar un patrón.

Nos dejó la capa y avisé a esta amiga, Pili, para que con su ojo, y el metro, por supuesto, tomase las pertinentes mediciones... y las tomó.

He de decir que esta amiga, junto con otras vecinas y amigas, han elaborado la ropa que lucen los figurantes en la CABALGATA DE REYES DE PUENTE VIESGO.


En este intervalo de tiempo leo en internet que se ha creado una Asociación de Amigos de la Capa en Soria, como allí tengo un buen amigo me pongo en contacto con él para que haga las gestiones y contacte con la Asociación. Además de proporcionarme el teléfono de su presidente (con el que había hablado él previamente) me proporciona direcciones web de otras personas que tal vez pudiesen ayudarme... y ¡¡¡BINGO!!! , una de esas personas me ayuda, y mucho, ahí os dejo fotos de una capa que elaboró para un familiar...

Vaya, "en parte" estaba equivocado, todavía hay gente que comparte. Gracias Francisco.

Y con estos mimbres y otros mas que voy adquiriendo ha comenzado la elaboración de la capa de la que os seguiré hablando, porque además de la capa hay otras"actividades" que estoy llevando a cabo paralelamente.

2 comentarios:

Genín dijo...

Va a ser cojonudo verte por esos mundos con la capa puesta y tocando la gaita!!!jajaja
Salud

Anónimo dijo...

Cuentan que en un pueblo de España, de cuyo nombre no quiero acordarme, había un cura pobre y desarrapado, que no tenía tan apenas con qué cubrirse en los largos y fríos días de invierno.

Los vecinos que cuando estaban en la taberna al calor de la lumbre y del vino, lo veían a través de los ventanales pasar aterido de frío, decidieron un día poner solución al asunto, haciendo una colecta entre todos para comprar el tejido con el fin de que las mujeres cosieran una capa para el cura.

Fue el promotor de la idea quién en una mesa de la misma taberna montó su especie de oficina con el fin de recaudar el dinero y los útiles precisos para tal empresa.

A modo de iniciativa y para animar el ambiente, el mismo había colaborado con cinco pesetas y unas viejas tijeras de sastre encontradas en el baúl de su buhardilla.

Según iban llegando los parroquianos al “Templo de Baco”, (así se llamaba la bodega), se acercaban a la mesa por la curiosidad que les despertaba semejante tijera tan enorme.

A ver, “Ustaquio” : ¿tú cuanto pones pa la capa del cura?

__Yo pongo veinte reales.

Muy bien, y tú “Endalecio” ¿cuánto pones?

__Pues yo, otros veinte.

Así de triste se planteaba el panorama, con esas generosidades iban a tardar años en poder comprar la tela.

Entró en la taberna el alcalde, hombre bruto y tosco, al que todos tenían más que respeto miedo y al ver la reunión se acercó a la mesa conde estaba el “tesorero” con su lápiz , libreta y tijerón sobre la mesa.

¡Qué es esto!, ¿Qué pasa aquí? __dijo el regidor

Pues nada, Sr. Don Alcaide; estamos pidiendo pa la capa del Sr, Cura, ¿Quiere poner algo?__respondió el tesorero.

El alcalde quedó un rato pensativo rascándose los bigotes con una mano y con la otra las ……. contestó:

Si me dejáis capalo a mí lo pago todo




.