Y cuando menos te lo esperas … salta la liebre, es decir, encuentras algo que no te cuadra y te quedas mirando y …¡tate! caes en la cuenta, pues eso me pasó, os cuento.
Hace unos días paseando por el Vaticano (no, habitualmente paseo por mi pueblo, pero en mi ultimo viaje…) vi un grupo de japoneses (o chinos, nunca he sabido diferenciarlos, torpe que es uno) y me sorprendió lo que estaban mirando y sacando fotos, a… un viejo CONFESONARIO…
Y en mi falta de reflejos pensé … "¿mirando un confesionario?, pues vaya…", claro, intentando buscar explicación caí en la cuenta…
Creo que es la única religión en la que los pobres pecadores le contamos nuestras "chapuzas" o "pecados" a otra persona que no es el Supremo Hacedor para que nos sean perdonadas… (personalmente prefiero utilizar los cauces directos, hablar directamente con quien tiene la facultad de perdonar, sin intermediarios), e imagino la cara que se les pudo quedar al oír "que tienen que contar sus intimidades a otra persona…"… posiblemente se partirían de risa ¿o no? yo no se que pensar.
¿Vosotros que pensáis?
1 comentario:
Pues diferenciar a chinos y japoneses es muy fácil, hablas con uno y si habla chino, ya está, el tío es chino, y así sucesivamente...jajajaja
Yo tampoco uso esos armarios... :)
Salud
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